Asunto informe sobre financiamiento de proyectos
Los subsidios se otorgarán a través del Programa de Federalización de la Ciencia y la Tecnología que financia los Proyectos Federales de Innovación Productiva (PFIP).
Se consideran de interés proyectos innovadores de impacto social o productivo.
Este año, las prioridades asignadas para Tucumán son:
1. Implementación de un nuevo modelo de gestión emprendedora enestablecimientos educativos.
2. Desarrollo, adaptación e implementación de distintas tecnologíaspara el tratamiento de contaminantes ambientales.
3. Desarrollo e implementación de técnicas de gestión destinadas a latrazabilidad y buenas prácticas para los sectores productivos.
4. Desarrollo y utilización de fuentes de energía renovable.
5. Implementación de alternativas de inclusión social de niños yadolescentes en situación de vulnerabilidad.
Para más información comunicate con nosotros a lapacourondo2008@gmail.com
jueves, 26 de febrero de 2009
martes, 2 de diciembre de 2008
El Capitalismo posible hoy hay que teñirlo de socialismo
En todo el mundo, pero por sobre todo en este continente, se puso al desnudo que hubo una inversión de medios y fines en el capitalismo, marcado con fuerza desde los neoliberales de la “Escuela de Washington” en adelante.
Pasó el dinero de medida de intercambio a primer capital acumulable. El dinero dejó de representar un valor para pasar a ser un valor en si mismo, y medida de acumulación de riqueza.
Los bienes de capital cedieron paso a un proceso de acumulación de papeles y títulos no productivos; generando, además, una de las contracciones económicas financieras más fuertes desde la crisis del patrón oro.
En este punto comenzaremos a mirar al futuro y lo haremos seriamente.
America Latina no debe mantener el nivel de acumulación de capital en la forma sucintamente descripta fortaleciendo el mercado de capitales, pues al hacerlo genera un círculo vicioso, que, indefectiblemente, termina en crisis económica. La no inversión en el mercado productivo, por la acumulación en el mercado financiero, contrae la demanda por el desplazamiento de capitales sin generación de riquezas, que se ve agudizada por la menor liquidez, con la consiguiente disminución de la demanda.
Si quisiéramos mantener los niveles de acumulación no productiva solo se podría hacer –y así fue- por medio de endeudamiento y con el aumento exponencial de la desigual distribución de las riquezas.
Por lo antes dicho, la posibilidad de crecimiento sostenido, productivo y real, sin endeudamiento y con menor costo social solo es posible mediante el incentivo al proceso de industrialización en desmedro del capital usurero del juego de la bicicleta financiera.
La puja costo de producción versus intereses debe resolverse a favor del primero y para hacerlo el Estado deberá regular ambos escenarios.
Ciertas críticas pueden arrogarse contra tal postulado que pronto resolveremos.
Lo cierto es que el equilibrio es logrado por el aumento en la demanda agregada, que, a su vez, se traduce en un aumento en la producción, por la necesidad de la oferta de responder a las nuevas exigencias del mercado, signadas desde los nuevos valores adoptados por la demanda global.
Para que sea paralelo el aumento en la tasa de empleo, sin producirse la acumulación de capitales sin reinversión, pujaremos por mantener, desde el Estado, un sistema de plus valor del dinero, en forma de interés, exiguo con la fijación por el Banco Central -y demás entidades bancarias, financieras y de crédito oficiales- de los límites de este último según, principalmente, el tipo de cuenta, el monto y el tiempo.
Es para entonces que equiparamos la balanza por los niveles de reinversión, y se hará de forma indirecta por el aumento o disminución de las expectativas de obtención de beneficios por el capital financiero.
Resumiendo, el Estado regula a mayor capital productivo mayor generación de plusvalía relativa (por la correlativa reducción de la financiera).
A la par, la expansión de las fronteras de la producción conllevan a una expansión de igual índole de la recaudación impositiva, controlada por una política que aumente el consumo, sin impuestos recesivos en la demanda, pero, tampoco, asfixiando la oferta que en su caso se volcaría nuevamente al mercado de capitales. Postulémoslo de la siguiente manera: aumentará en cantidad antes que en calidad.
En ese instante si a la política fiscal interna le añadimos una política fiscal de intervención directa y diferenciada en el binomio exportación-importación (comercio exterior), no solo habremos logrado la puesta en marcha del aparato productivo nacional con aumento de las expectativas de pleno empleo, sino también un superávit tal que podrá reorientarse por el mercado de capitales, utilizando para este propósito el banco Central y los bancos oficiales, en forma de créditos de bajo costo a la pequeña y mediana industria y el consumo diferenciado, se habrá alentado la industrialización por sustitución de importaciones con bajo endeudamiento y evitado la recesión que la falta de empréstitos privados podría generar.
A las porciones del superávit excedente sobrante la dividiremos en dos; una mantendrá el nivel de demanda agregada (en una segunda etapa la educación en todos sus niveles debe fomentarse en aras de responder desde la ciencia y la técnica a una demanda que irá refinándose conforma aumento la expectativa de consumo); la restante se destinará a mantener un tipo de cambio competitivo, como segundo pilar (el primero era por política fiscal) sobre el que se asentará la relación exportación-importación.
Aparecerá la “libertad”, como un valor social de construcción arbitraria y, a veces más o menos convencional; gran entelequia desde la cual algún político neoliberal echará la crítica mediática al decir que el Estado debe responder al principio de subsidiaridad y dejar a los capitales privados construir en competencia el mercado.
La verdad estamos de acuerdo, con una sola aclaración: la subsidiaridad y la intervención están marcadas por la relación demanda-necesidad con su satisfacción por capitales privados. Cuando la oferta relativa disminuya en relación a la demanda global deberá aumentar la intervención estatal comercial y productiva en forma proporcional a aquel defasaje reestableciendo el orden económico-social.
Salvada la superestructura, al capital privado extranjero se lo debe llevar a concretar el ideal de un juego de suma positiva –ni siquiera cero- en la relación: primera inversión-beneficio-reinversión menos exportación de ganancias-nuevos beneficios y así sucesivamente. O sea, la inversión no debe ser en el aparato productivo, la herramienta de especulación por la diferencia inversión-exportaron de beneficios. Para evitarlo las barreras de aduana se harán no solo sobre bienes y servicios, si no también sobre derechos y capitales.
Siguiendo la línea de planteos, para la relación exportación menos importación y producto bruto interno el estado debe mantener una barrera de contralor en todos los niveles de ingresos y egresos (INFRE- Ingreso Neto de los Factores Recibidos del Exterior: salarios, rentas y beneficios), y obtener el Producto Nacional Interno real, nunca nominal, siempre con la intervención en los flujos de liquidez que le permita equilibrar el precio real-relativo con el valor del dinero y su incidencia en el consumo, logrando de esta forma anular las tendencias inflacionarias que tal liquidez quiera despertar.
Finalmente diremos que: el Productivo Nacional Interno relativo más un porcentaje estimativo de la actividad informal a la que sumaremos la relación del flujo de capitales en el marco del INFRE nos arrojará el PBN relativo global. A este indicador macroeconómico y, quizás, distante de la realidad, lo analizaremos incorporando dos variables que nos permitan apreciar la justicia del sistema social asentado en este modelo de económico, estas serán el PNI relativo per capita -esta media (X) medida de posición de la población nos indicará la distribución más igualitaria a la que el sistema puede apuntar. La segunda es el recorrido -como medida de dispersión que obtendremos de la diferencia entre el mayor ingreso individual total y el menor nivel del mismo- que nos permite cuantificar la dispersión de la distribución ideal.
De los parámetros obtenidos y la comparación entre PNI relativo per capita y la brecha entre ricos y pobres consolidaremos la estocada final, adecuando la relación estructura y superestructura con una política más fuerte en lo que a distribución de las riquezas refiere.
Juan Manuel Frangoulis
Pasó el dinero de medida de intercambio a primer capital acumulable. El dinero dejó de representar un valor para pasar a ser un valor en si mismo, y medida de acumulación de riqueza.
Los bienes de capital cedieron paso a un proceso de acumulación de papeles y títulos no productivos; generando, además, una de las contracciones económicas financieras más fuertes desde la crisis del patrón oro.
En este punto comenzaremos a mirar al futuro y lo haremos seriamente.
America Latina no debe mantener el nivel de acumulación de capital en la forma sucintamente descripta fortaleciendo el mercado de capitales, pues al hacerlo genera un círculo vicioso, que, indefectiblemente, termina en crisis económica. La no inversión en el mercado productivo, por la acumulación en el mercado financiero, contrae la demanda por el desplazamiento de capitales sin generación de riquezas, que se ve agudizada por la menor liquidez, con la consiguiente disminución de la demanda.
Si quisiéramos mantener los niveles de acumulación no productiva solo se podría hacer –y así fue- por medio de endeudamiento y con el aumento exponencial de la desigual distribución de las riquezas.
Por lo antes dicho, la posibilidad de crecimiento sostenido, productivo y real, sin endeudamiento y con menor costo social solo es posible mediante el incentivo al proceso de industrialización en desmedro del capital usurero del juego de la bicicleta financiera.
La puja costo de producción versus intereses debe resolverse a favor del primero y para hacerlo el Estado deberá regular ambos escenarios.
Ciertas críticas pueden arrogarse contra tal postulado que pronto resolveremos.
Lo cierto es que el equilibrio es logrado por el aumento en la demanda agregada, que, a su vez, se traduce en un aumento en la producción, por la necesidad de la oferta de responder a las nuevas exigencias del mercado, signadas desde los nuevos valores adoptados por la demanda global.
Para que sea paralelo el aumento en la tasa de empleo, sin producirse la acumulación de capitales sin reinversión, pujaremos por mantener, desde el Estado, un sistema de plus valor del dinero, en forma de interés, exiguo con la fijación por el Banco Central -y demás entidades bancarias, financieras y de crédito oficiales- de los límites de este último según, principalmente, el tipo de cuenta, el monto y el tiempo.
Es para entonces que equiparamos la balanza por los niveles de reinversión, y se hará de forma indirecta por el aumento o disminución de las expectativas de obtención de beneficios por el capital financiero.
Resumiendo, el Estado regula a mayor capital productivo mayor generación de plusvalía relativa (por la correlativa reducción de la financiera).
A la par, la expansión de las fronteras de la producción conllevan a una expansión de igual índole de la recaudación impositiva, controlada por una política que aumente el consumo, sin impuestos recesivos en la demanda, pero, tampoco, asfixiando la oferta que en su caso se volcaría nuevamente al mercado de capitales. Postulémoslo de la siguiente manera: aumentará en cantidad antes que en calidad.
En ese instante si a la política fiscal interna le añadimos una política fiscal de intervención directa y diferenciada en el binomio exportación-importación (comercio exterior), no solo habremos logrado la puesta en marcha del aparato productivo nacional con aumento de las expectativas de pleno empleo, sino también un superávit tal que podrá reorientarse por el mercado de capitales, utilizando para este propósito el banco Central y los bancos oficiales, en forma de créditos de bajo costo a la pequeña y mediana industria y el consumo diferenciado, se habrá alentado la industrialización por sustitución de importaciones con bajo endeudamiento y evitado la recesión que la falta de empréstitos privados podría generar.
A las porciones del superávit excedente sobrante la dividiremos en dos; una mantendrá el nivel de demanda agregada (en una segunda etapa la educación en todos sus niveles debe fomentarse en aras de responder desde la ciencia y la técnica a una demanda que irá refinándose conforma aumento la expectativa de consumo); la restante se destinará a mantener un tipo de cambio competitivo, como segundo pilar (el primero era por política fiscal) sobre el que se asentará la relación exportación-importación.
Aparecerá la “libertad”, como un valor social de construcción arbitraria y, a veces más o menos convencional; gran entelequia desde la cual algún político neoliberal echará la crítica mediática al decir que el Estado debe responder al principio de subsidiaridad y dejar a los capitales privados construir en competencia el mercado.
La verdad estamos de acuerdo, con una sola aclaración: la subsidiaridad y la intervención están marcadas por la relación demanda-necesidad con su satisfacción por capitales privados. Cuando la oferta relativa disminuya en relación a la demanda global deberá aumentar la intervención estatal comercial y productiva en forma proporcional a aquel defasaje reestableciendo el orden económico-social.
Salvada la superestructura, al capital privado extranjero se lo debe llevar a concretar el ideal de un juego de suma positiva –ni siquiera cero- en la relación: primera inversión-beneficio-reinversión menos exportación de ganancias-nuevos beneficios y así sucesivamente. O sea, la inversión no debe ser en el aparato productivo, la herramienta de especulación por la diferencia inversión-exportaron de beneficios. Para evitarlo las barreras de aduana se harán no solo sobre bienes y servicios, si no también sobre derechos y capitales.
Siguiendo la línea de planteos, para la relación exportación menos importación y producto bruto interno el estado debe mantener una barrera de contralor en todos los niveles de ingresos y egresos (INFRE- Ingreso Neto de los Factores Recibidos del Exterior: salarios, rentas y beneficios), y obtener el Producto Nacional Interno real, nunca nominal, siempre con la intervención en los flujos de liquidez que le permita equilibrar el precio real-relativo con el valor del dinero y su incidencia en el consumo, logrando de esta forma anular las tendencias inflacionarias que tal liquidez quiera despertar.
Finalmente diremos que: el Productivo Nacional Interno relativo más un porcentaje estimativo de la actividad informal a la que sumaremos la relación del flujo de capitales en el marco del INFRE nos arrojará el PBN relativo global. A este indicador macroeconómico y, quizás, distante de la realidad, lo analizaremos incorporando dos variables que nos permitan apreciar la justicia del sistema social asentado en este modelo de económico, estas serán el PNI relativo per capita -esta media (X) medida de posición de la población nos indicará la distribución más igualitaria a la que el sistema puede apuntar. La segunda es el recorrido -como medida de dispersión que obtendremos de la diferencia entre el mayor ingreso individual total y el menor nivel del mismo- que nos permite cuantificar la dispersión de la distribución ideal.
De los parámetros obtenidos y la comparación entre PNI relativo per capita y la brecha entre ricos y pobres consolidaremos la estocada final, adecuando la relación estructura y superestructura con una política más fuerte en lo que a distribución de las riquezas refiere.
Juan Manuel Frangoulis
lunes, 1 de diciembre de 2008
Asamblea Inaugural Carta Abierta Tucumán
Es con gran alegría que hoy constituimos este espacio en Tucumán, en cuyas preliminares participaron más de cincuenta intelectuales de la provincia, provenientes de las artes, las letras, el periodismo y las ciencias exactas -entre otras disciplinas-, como así también militantes de distintas agrupaciones políticas.
Somos la expresión local de un espacio nacional. Creemos que la lucha es una y es de todos, desde las villas hasta los claustros. Estamos ante una oportunidad histórica que con fuerza están abriendo los gobiernos de la América Latina.
El Tucumán de las grandes gestas y también de la vergüenza de haber votado un asesino suma su voz y su militancia en favor de un proyecto que, con todas sus falencias, es la expresión más genuina de una política nacional y popular.
DECLARACIÓN FUNDACIONAL DE CARTA ABIERTA TUCUMÁN
En estas duras circunstancias que atraviesa nuestra Patria, tenemos mucho que aportar. Por eso convocamos a este espacio no partidario de Carta Abierta, para expresar nuestro apoyo crítico y constructivo al gobierno de la Presidenta Cristina Fernández y para comprometer nuestro aporte en las distintas áreas del conocimiento, las artes y las letras, desarrollar proyectos de gestión de gobierno tendientes a profundizar este cauce nacional y latinoamericano, evitar la expulsión de nuestra inteligencia y fomentar la acumulación de saberes para ponerlos al servicio del interés nacional.
Proponemos estimular el progreso de las economías regionales, el desarrollo minero y de los recursos energéticos no contaminante, el crecimiento de un auténtico federalismo popular, para lo cual es necesario abocarse a la reforma de la Constitución Nacional de 1994, verdadera clave de la bóveda que garantiza el apoderamiento extranjero de nuestras riquezas. Todos los recursos naturales, incluidos aquellos del subsuelo y de la plataforma submarina, son del Estado Nacional, es decir, propiedad común de todos los argentinos y no de las provincias donde se encuentran las regalías que producen, que deben ser para beneficio de todos.
Nos abocaremos al estudio, en comisiones especiales, de las cuestiones más acuciantes relacionadas con nuestra economía, nuestra cultura y nuestra identidad social y política, haciendo hincapié en nuestra realidad tucumana y regional.
San Miguel de Tucumán, sala Paco Urondo. 1º de Diciembre, de 2008.
Somos la expresión local de un espacio nacional. Creemos que la lucha es una y es de todos, desde las villas hasta los claustros. Estamos ante una oportunidad histórica que con fuerza están abriendo los gobiernos de la América Latina.
El Tucumán de las grandes gestas y también de la vergüenza de haber votado un asesino suma su voz y su militancia en favor de un proyecto que, con todas sus falencias, es la expresión más genuina de una política nacional y popular.
DECLARACIÓN FUNDACIONAL DE CARTA ABIERTA TUCUMÁN
En estas duras circunstancias que atraviesa nuestra Patria, tenemos mucho que aportar. Por eso convocamos a este espacio no partidario de Carta Abierta, para expresar nuestro apoyo crítico y constructivo al gobierno de la Presidenta Cristina Fernández y para comprometer nuestro aporte en las distintas áreas del conocimiento, las artes y las letras, desarrollar proyectos de gestión de gobierno tendientes a profundizar este cauce nacional y latinoamericano, evitar la expulsión de nuestra inteligencia y fomentar la acumulación de saberes para ponerlos al servicio del interés nacional.
Proponemos estimular el progreso de las economías regionales, el desarrollo minero y de los recursos energéticos no contaminante, el crecimiento de un auténtico federalismo popular, para lo cual es necesario abocarse a la reforma de la Constitución Nacional de 1994, verdadera clave de la bóveda que garantiza el apoderamiento extranjero de nuestras riquezas. Todos los recursos naturales, incluidos aquellos del subsuelo y de la plataforma submarina, son del Estado Nacional, es decir, propiedad común de todos los argentinos y no de las provincias donde se encuentran las regalías que producen, que deben ser para beneficio de todos.
Nos abocaremos al estudio, en comisiones especiales, de las cuestiones más acuciantes relacionadas con nuestra economía, nuestra cultura y nuestra identidad social y política, haciendo hincapié en nuestra realidad tucumana y regional.
San Miguel de Tucumán, sala Paco Urondo. 1º de Diciembre, de 2008.
domingo, 23 de noviembre de 2008
Lo que Keynes me enseño
Los más ortodoxos liberales de principios del siglo pasado habían con histérico, y aun ingenuo, fanatismo adoptado como propias las recetas de Adam Smith y David Ricardo. A pesar que, ya por entonces era imperiosa la necesidad de la contextualización de las tales doctrinas.
Es que todavía estaban, por entonces, imbuidos de los ideales de la ilustración Europa, que entre otras peculiaridades supo mostrar una concepción de “la razón” -desde Europa misma- como la que forjaría el devenir de los tiempos.
Como el “ser parmediano” o, mejor aún, el “absoluto hegeliano”, la razón era algo que desde la inmanencia era por propia naturaleza trascendente. Nunca fue esta o aquella razón, aunque estaba en este mundo era la síntesis de todas las razones, era, por fin LA RAZÓN. Esa misma otorgaría sentido y destino al mañana.
Transformaría el intento de una explicación causal del mundo en una fe ciega en la nueva diosa, con todos los caracteres de la religión, incluso conduciéndonos al paraíso terrenal.
Imagínense, en aquel contexto donde el pensamiento tenía las mismas características de aquello que por mágico o divina deviene en sacralizado, ¿Cómo poner en duda sus postulados?
He aquí el ajuar del liberalismo en su concepción más natural e inocente, caldo de cultivo para el más feroz capitalismo: la sociedad una construcción estructural, voluntaria e interdependiente de razones que supieron darse, previo pacto social, el marco para su propio desarrollo.
Casi intuitivo ¿no?
Si la sociedad es un pacto, “un contrato social”, del que participan todos a través de lo mas perfecto en ellos: la razón -pues sabemos que todo contrato supone intención, discernimiento y voluntad- y si estas además, en interdependencia en pro de un fin ulterior y superador, se conjugan su resultado seria poco menos que perfecto.
Salgamos de las diapositivas y veamos todo en video, con los conceptos tanteados arriba.
El iluminismo, que con la luz de la razón supo disipar las tinieblas de la edad media, en la que la explicación estaba en las sombras para la mente humana (algunas mágicas, otras divinas) entendió que entrar en sociedad era un pacto entre razones libres. Con todo lo ponderativo que esto signifique, según lo explicitamos anteriormente.
Como la sociedad, todo el andamiaje en el que esta se desarrollé también será el resultado del juego libre de las individualidades, que en principio son iguales.
¡Por supuesto, que La mamá economía también!
He aquí la entrada triunfal de los economistas liberales sabios y sus últimos paquitos de principios del siglo veinte.
Tal es así que cualquier economista, que se preciase de tal, en la época hubiese coreado a viva voz: “el libre juego de las razones egoístas de los individuos generaran, en la tensión que la búsqueda de beneficios provoca, el bienestar de todos”.
La mano invisible de Smith era eso, la metáfora de la caverna de los liberales, aquello que sin ser visto mantiene la armonía del cuerpo, aunque esta vez era aquí, era el juego que oferta y demanda generaban en un mercado de libre competencia que terminaba autorregulándose en un proceso evolutivo, no cíclico, al infinito.
“¡Fuera Estado malo! No ves que distorsionas el mercado, déjalo ser solo a su cauce volverá”.
De lo que nunca se hablo fue que en el desarrollo de esta teoría -en términos deductivos casi perfecta- había un par de presupuestos no susceptibles de crítica, los “dogmas de la fe liberal”.
Vale aclarar que a los fines de este pequeño articulo, arbitrariamente echaré mano a dos, que a mi parecer son los más importantes.
Primero que los individuos son iguales a la hora de pactar en el mercado y, como consecuencia, en su rol en la sociedad; segundo, se pasó por alto la forma en que los individuos se combinan.
Si acercamos la lupa veremos que la sociedad no es un cúmulo de voluntades yuxtapuestas, sino que la sociedad es un armado de sentido de individuos que se combinan de una sola forma para una sociedad dada.
Si usásemos la matemática un momentito, y el lector me perdonara. No es lo mismo tener un monto de unos y sumarlos o restarlos o mitad y mitad o multiplicar, etc.
Este es el primer dogma al desnudo, la sociedad no es solo un conjunto de razones en un pacto social, sino el rol que en ese pacto se asignan unas a otras y la forma en que por la articulación en un momento y espacio determinado se dan.
Por la otra cara de la moneda, ¿Qué pasa cuando los unos no son todos iguales? Imaginemos un momento que el Mercado Concurrencial en el que Smith escribió, en el siglo XX ya no existía, que no todos los individuos tenían el mismo poder de negociación, que mas de la mitad de la población mundial (ya por ese entonces) apenas si podía firmar un contrato de adhesión, sin discutir “ni un tantito así” una cláusula.
Se nos hace patente entonces que la forma en la que oferta y demanda tiran no siempre es igual, ni mantiene el equilibrio del mercado.
He ahí al genial Keynes, que en medio de, hoy podemos afirmar, la segunda peor crisis económica mundial (la actual es la primera), se dio cuenta que solo un agente de peso superior, o por lo menos parecido, al de los agentes mas poderosos en juego podía equilibrar la balanza, ya que si el capitalismo es acumulación de riquezas, que no siempre se traduce en producción de riqueza, es claro que acumulando unos mas que otros el mercado se distorsiona.
Allí por esos años en los que Roosevelt se agarraba los pelos, Keynes le propuso volver al Estado, en un contexto en que la relación de producción-consumo había terminado con su mercado y repercutido en el financiero, y equilibrar oferta-demanda desde la parte más débil, incentivando el consumo desde la demanda agregada, por ende, interviniendo el Estado en la liquidez de abajo, a partir de un plan, que pondría su acento en las obras públicas, como inyección de capitales y forma de impulsar una industria caída.
Así se hizo por cerca de cuatro décadas y el capitalismo mundial pudo mantener un ritmo de crecimiento sostenido por cerca de cuatro décadas ( hasta la “Crisis del Petróleo).
Que poco que aprendieron los del Norte para el nuevo siglo...
Replegaron al Estado y dejaron de él, solo al Estado gendarme, y, además, se lo recomendaron al mundo. Maldito Consenso de Washington.
Pero ahora…. ¿qué pasó?
La burbuja estalló, como en aquellos años, pero lo hizo por el Mercado de Capitales con fuertes repercusiones en el productivo, mientras el Estado estaba ausente, haciendo quien sabe que guerra, para que grupo económico.
Solo unos pocos, casi todos a su vez periféricos, habían leído la “Teoría General de la Ocupación….” de Keynes, con el agregado subversivo de haberla contextualizado. Desde el socialismo bolivariano, el indigenismo aymara o el peronismo kirchnerista. Esta vuelta por estos lados la crisis se sintió menos.
Me pregunto si será por eso que el águila estuvo sobrevolando esta parte del mundo, en aras de apoyar ciertos intentos golpistas antipopulares.
Juan Manuel Frangoulis
Es que todavía estaban, por entonces, imbuidos de los ideales de la ilustración Europa, que entre otras peculiaridades supo mostrar una concepción de “la razón” -desde Europa misma- como la que forjaría el devenir de los tiempos.
Como el “ser parmediano” o, mejor aún, el “absoluto hegeliano”, la razón era algo que desde la inmanencia era por propia naturaleza trascendente. Nunca fue esta o aquella razón, aunque estaba en este mundo era la síntesis de todas las razones, era, por fin LA RAZÓN. Esa misma otorgaría sentido y destino al mañana.
Transformaría el intento de una explicación causal del mundo en una fe ciega en la nueva diosa, con todos los caracteres de la religión, incluso conduciéndonos al paraíso terrenal.
Imagínense, en aquel contexto donde el pensamiento tenía las mismas características de aquello que por mágico o divina deviene en sacralizado, ¿Cómo poner en duda sus postulados?
He aquí el ajuar del liberalismo en su concepción más natural e inocente, caldo de cultivo para el más feroz capitalismo: la sociedad una construcción estructural, voluntaria e interdependiente de razones que supieron darse, previo pacto social, el marco para su propio desarrollo.
Casi intuitivo ¿no?
Si la sociedad es un pacto, “un contrato social”, del que participan todos a través de lo mas perfecto en ellos: la razón -pues sabemos que todo contrato supone intención, discernimiento y voluntad- y si estas además, en interdependencia en pro de un fin ulterior y superador, se conjugan su resultado seria poco menos que perfecto.
Salgamos de las diapositivas y veamos todo en video, con los conceptos tanteados arriba.
El iluminismo, que con la luz de la razón supo disipar las tinieblas de la edad media, en la que la explicación estaba en las sombras para la mente humana (algunas mágicas, otras divinas) entendió que entrar en sociedad era un pacto entre razones libres. Con todo lo ponderativo que esto signifique, según lo explicitamos anteriormente.
Como la sociedad, todo el andamiaje en el que esta se desarrollé también será el resultado del juego libre de las individualidades, que en principio son iguales.
¡Por supuesto, que La mamá economía también!
He aquí la entrada triunfal de los economistas liberales sabios y sus últimos paquitos de principios del siglo veinte.
Tal es así que cualquier economista, que se preciase de tal, en la época hubiese coreado a viva voz: “el libre juego de las razones egoístas de los individuos generaran, en la tensión que la búsqueda de beneficios provoca, el bienestar de todos”.
La mano invisible de Smith era eso, la metáfora de la caverna de los liberales, aquello que sin ser visto mantiene la armonía del cuerpo, aunque esta vez era aquí, era el juego que oferta y demanda generaban en un mercado de libre competencia que terminaba autorregulándose en un proceso evolutivo, no cíclico, al infinito.
“¡Fuera Estado malo! No ves que distorsionas el mercado, déjalo ser solo a su cauce volverá”.
De lo que nunca se hablo fue que en el desarrollo de esta teoría -en términos deductivos casi perfecta- había un par de presupuestos no susceptibles de crítica, los “dogmas de la fe liberal”.
Vale aclarar que a los fines de este pequeño articulo, arbitrariamente echaré mano a dos, que a mi parecer son los más importantes.
Primero que los individuos son iguales a la hora de pactar en el mercado y, como consecuencia, en su rol en la sociedad; segundo, se pasó por alto la forma en que los individuos se combinan.
Si acercamos la lupa veremos que la sociedad no es un cúmulo de voluntades yuxtapuestas, sino que la sociedad es un armado de sentido de individuos que se combinan de una sola forma para una sociedad dada.
Si usásemos la matemática un momentito, y el lector me perdonara. No es lo mismo tener un monto de unos y sumarlos o restarlos o mitad y mitad o multiplicar, etc.
Este es el primer dogma al desnudo, la sociedad no es solo un conjunto de razones en un pacto social, sino el rol que en ese pacto se asignan unas a otras y la forma en que por la articulación en un momento y espacio determinado se dan.
Por la otra cara de la moneda, ¿Qué pasa cuando los unos no son todos iguales? Imaginemos un momento que el Mercado Concurrencial en el que Smith escribió, en el siglo XX ya no existía, que no todos los individuos tenían el mismo poder de negociación, que mas de la mitad de la población mundial (ya por ese entonces) apenas si podía firmar un contrato de adhesión, sin discutir “ni un tantito así” una cláusula.
Se nos hace patente entonces que la forma en la que oferta y demanda tiran no siempre es igual, ni mantiene el equilibrio del mercado.
He ahí al genial Keynes, que en medio de, hoy podemos afirmar, la segunda peor crisis económica mundial (la actual es la primera), se dio cuenta que solo un agente de peso superior, o por lo menos parecido, al de los agentes mas poderosos en juego podía equilibrar la balanza, ya que si el capitalismo es acumulación de riquezas, que no siempre se traduce en producción de riqueza, es claro que acumulando unos mas que otros el mercado se distorsiona.
Allí por esos años en los que Roosevelt se agarraba los pelos, Keynes le propuso volver al Estado, en un contexto en que la relación de producción-consumo había terminado con su mercado y repercutido en el financiero, y equilibrar oferta-demanda desde la parte más débil, incentivando el consumo desde la demanda agregada, por ende, interviniendo el Estado en la liquidez de abajo, a partir de un plan, que pondría su acento en las obras públicas, como inyección de capitales y forma de impulsar una industria caída.
Así se hizo por cerca de cuatro décadas y el capitalismo mundial pudo mantener un ritmo de crecimiento sostenido por cerca de cuatro décadas ( hasta la “Crisis del Petróleo).
Que poco que aprendieron los del Norte para el nuevo siglo...
Replegaron al Estado y dejaron de él, solo al Estado gendarme, y, además, se lo recomendaron al mundo. Maldito Consenso de Washington.
Pero ahora…. ¿qué pasó?
La burbuja estalló, como en aquellos años, pero lo hizo por el Mercado de Capitales con fuertes repercusiones en el productivo, mientras el Estado estaba ausente, haciendo quien sabe que guerra, para que grupo económico.
Solo unos pocos, casi todos a su vez periféricos, habían leído la “Teoría General de la Ocupación….” de Keynes, con el agregado subversivo de haberla contextualizado. Desde el socialismo bolivariano, el indigenismo aymara o el peronismo kirchnerista. Esta vuelta por estos lados la crisis se sintió menos.
Me pregunto si será por eso que el águila estuvo sobrevolando esta parte del mundo, en aras de apoyar ciertos intentos golpistas antipopulares.
Juan Manuel Frangoulis
Adhesión Carta Abierta
Carta Abierta Tucumán es la voz de una esperanza que empieza a recorrer America latina. Es la expresión desde las artes, las letras y el pensamiento crítico de la espada de Bolívar que recorre este lado del continente.Tomado de la mano de los movimientos emancipadores, con la vigilia puesta en los sueños de la Patria Grande, que desde San Martín hasta el mariscal Sucre toma las manos de nuestros hermanos, que en estas horas, en las que el monstruo esta agonizando, se alzan al sol, al horizonte, al mañana.Los de pie, los marginados, los sin voz, los caras sucias, los botijas, los pibes, los más grandes y los más chicos; los que vienen luchando, exigen en un desgarrador grito de silencio, que la lucha sea una. Sea de todos, desde las villas hasta los claustros, es está oportunidad histórica la que nos convoca, esa que con inesperada fuerza supieron abrir los gobiernos nacionales y populares.La dimensión local de un espacio nacional de participación para la discusión y la intervención en política, en la cosa pública, en defensa de un gobierno democrático y popular amenazado, modelando un Estado que intervenga, cada vez mas fuerte, en la distribución de la riqueza producida por nuestro pueblo.Es la oportunidad histórica la que nos convoca, la de hacer uno, dos, mil...proyectos nacionales y populares.Proponemos, en el marco de “Carta Abierta” librar la batalla cultural en un sentido plenamente político al enemigo, que se resguarda en el paragua del capitalista, y darlo con el poder creador y combativo de la palabra, pero no solo las palabras, sino las acciones que a la crítica crítica deben acompañar. Nuestros pueblos y nuestros gobiernos han sufrido el ataque de la oligarquía vernácula, con la sombra del norte, solo por hacernos de las esperanzas de un mundo nuevo, al que hoy damos forma con nuestras palabras, con la pintura, los murales, las tablas, el corazón y la fuerza de hacer el mañana hoy.Juan Manuel Frangoulis
Reunión Preparatoria Carta Abierta Tucumán
Carta Abierta Tucumán es la expresión local de un espacio nacional de participación para la discusión y la intervención en las políticas públicas, en defensa de un gobierno democrático y popular amenazado y de un Estado que intervenga, cada vez mas fuertemente, en la distribución de la riqueza producida por nuestro pueblo. Proponemos reunirnos a debatir y ejercitar la reflexión política, preservando siempre la libertad de crítica. El grupo pretende reunir a diferentes voces que expresan a distintas tradiciones políticas, teóricas e ideológicas emancipadoras, con el compromiso de poner la palabra en acción liberadora. Entendemos que una de las tareas fundamentales del momento es librar la batalla cultural en un sentido plenamente político. Quienes lo integramos, creemos estar ante una oportunidad histórica en Argentina y en el resto de Latinoamérica que, por inesperada, no podemos dejar de defender. El grupo está conformado por personas de la cultura, la educación, el periodismo, la militancia política y social, las ciencias, el cine, las artes, la poesía y la literatura, entre otras disciplinas. El Lunes 24 de noviembre, a las 20.30 hs., en la Sala "Paco Urondo", Muñecas 287, se hará la reunión preparatoria para el lanzamiento del Espacio Carta Abierta Tucumán. Te esperamos, Miguel Frangoulis Maximiliano Burckwardt Enrique Ale Jorge LacroixPara más información "cartaabiertatucuman.blogspot.com"
domingo, 26 de octubre de 2008
Legitimación actual del Gobierno Nacional
Legitimacion actual del Gobierno nacional
Sobre el debate abierto “campo vs gobierno”
La construcción del poder de Néstor Kirchner, durante su presidencia fue rápida, efectiva y muy hábil. Fue convirtiéndose en un líder nacional y popular fuera de las estructuras clásicas partidarias.
Esto le permitió captar la atención de una población que vio, como observador participante, la caída de los partidos políticos, en tanto y en cuanto generadores de cohesión social y legitimación, pues una de las razones de ser de la existencia del sistema de partido es el de dar cause a las urgencias de los actores sociales en pugna en la democracia (como institucionalizar el todo contra todos).
El “que se vayan todos” no fue, en el mayor de los casos, a las personas tal o cual, sino mas bien a la necesidad que el pueblo percibía de desplazar a la llamada “vieja política”; totalmente identificada, a un nivel simbólico, con el poder partidocrático.
Aquí las estructuras partidarias eran como el nicho de la corrupción, los negociados y las mafias. Tanto así es que, la identificación que se hizo de la política y los partidos, logro que un sector importante de la población dijese convencida que era a-políticas, cuando lo que se quería poner de relieve era, en realidad, un sentimiento de abierto rechazo a los partidarios.
He aquí la magia de Kirchner, el transversalismo, un movimiento, más no un partido. Provisto de identidad; no un aparato de poder vacía de definiciones, o con todas, que es lo mismo.
De ahí la fuerza con la que surgieron ciertos emergentes y/o actores sociales, incluido el expresidente Néstor Kirchner. El lograr salir de la lógica del ser y la nada que en ese momento representaban los partidos, y en este caso el peronismo, en cuanto PJ.
El peronismo que era todo, era por eso mismo nada; aquello que todo lo puede ser lo es por estar no adjetivado, indeterminado, diría Hegel (la IDEA o el ABSOLUTO es todo por que es nada). Proteccionista-integrista, aperturista, dialoguista, de izquierda, fascista y neoliberal (incluso colándose entre sus filas la oligarquía, sobre todo con Menem), todo y nada.
Lo que en su momento logro ser Kirchner fue un referente nacional, del pueblo y no de un partido; la construcción de su poder estuvo en lo mejor de la doctrina peronista de los 40, integrando grandes masas marginales al estado, democratizando espacios de diferente repercusión, al generar un marco que contenía, como hace mucho que no pasaba, a todo un pueblo.
Como Hobbes quien logro asociar pueblo-estado, aunque, este, disolvió al pueblo en el estado, Néstor había logrado que el pueblo se identifique con un proyecto nacional en el que la confianza difusa y especifica (en la instituciones sin hombre y en la persona misma) se logro por que el pueblo apoyo a una gestión, transversal, no ha un partido. Una gestión que asumió el compromiso de recuperar la identidad nacional.
Los sujetos integrados en el estado dejaron de verse a si mismos al frente de este para sentir que eran parte del mismo. La reconstrucción del sentimiento nacional, por un proyecto de país en una gestión que logro salir de la dialéctica de la confrontación del súbdito (utilizando esta figura como la dialéctica del amo y el esclavo, pero aquí el súbdito toma conciencia de su situación) fue la que logro pasar de una legitimación de, apenas, un veinte por ciento al ochenta de imagen positiva.
Es en esta lógica en la que encuentro a su vez la perdida de poder, en términos de legitimación política de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Por un lado los sectores mas reaccionarias del país –tanto políticos como económicos-, los que integran el llamado poder fáctico (o cuarto poder) hicieron, con apreciable habilidad, que ciertos símbolos, dotados de fuerza aglutinante positiva, fuesen vistos como sus banderas; por otro, el estado y el pueblo se disociaron, no era ya el estado el marco en el que se movían las satisfacciones de sus intereses y necesidad, si no que el estado fue reemplazado por la persona, y a esta se le adosaron los males del país, reales e imaginarios.
El campo con dios (mas de un cura les fue a dar misa), la bandera Argentina, peleando por un proyecto de país para todos (por que ellos eran los federales), hermanos de todos los trabajadores (hasta de sus hermanos gendarmes), en fin, el campo somos todos. Aunque racionalmente se diga que por la tecnologización actual no es significativo su peso social en la generación de empleo y vinculaciones; la soja era el campo, el campo el país, el campo somos todos.
Cristina, nótese que ya no se habla del Estado Argentino, era la que quería engordar su cuenta del banco, la culpable de la desocupación que queda en el país, de la inflación, de la corrupción histórica, autoritaria pero a merced de las ordenes de su marido (ahora devenido en presidente del PJ, lo que facilito la identificación en el imaginario popular con la “viejas formas de la política), despótica aunque sin DNU, hasta bipolar y ciclotímica; a NO y como se atreve a vestirse bien, quien se cree frente a tanto gaucho pobre.
Ahora es “Campo vs Gobierno”, elegi tu lado.
Esa creo que fue, en forma sucinta una de las razones -a mi entender la mas importante- de la caída de la legitimidad que había ostentado el kirchnerismo, mientras aun era movimiento, junto con una estrategia de comunicación impecable, que lograron aquellas identificaciones.
Sobre el debate abierto “campo vs gobierno”
La construcción del poder de Néstor Kirchner, durante su presidencia fue rápida, efectiva y muy hábil. Fue convirtiéndose en un líder nacional y popular fuera de las estructuras clásicas partidarias.
Esto le permitió captar la atención de una población que vio, como observador participante, la caída de los partidos políticos, en tanto y en cuanto generadores de cohesión social y legitimación, pues una de las razones de ser de la existencia del sistema de partido es el de dar cause a las urgencias de los actores sociales en pugna en la democracia (como institucionalizar el todo contra todos).
El “que se vayan todos” no fue, en el mayor de los casos, a las personas tal o cual, sino mas bien a la necesidad que el pueblo percibía de desplazar a la llamada “vieja política”; totalmente identificada, a un nivel simbólico, con el poder partidocrático.
Aquí las estructuras partidarias eran como el nicho de la corrupción, los negociados y las mafias. Tanto así es que, la identificación que se hizo de la política y los partidos, logro que un sector importante de la población dijese convencida que era a-políticas, cuando lo que se quería poner de relieve era, en realidad, un sentimiento de abierto rechazo a los partidarios.
He aquí la magia de Kirchner, el transversalismo, un movimiento, más no un partido. Provisto de identidad; no un aparato de poder vacía de definiciones, o con todas, que es lo mismo.
De ahí la fuerza con la que surgieron ciertos emergentes y/o actores sociales, incluido el expresidente Néstor Kirchner. El lograr salir de la lógica del ser y la nada que en ese momento representaban los partidos, y en este caso el peronismo, en cuanto PJ.
El peronismo que era todo, era por eso mismo nada; aquello que todo lo puede ser lo es por estar no adjetivado, indeterminado, diría Hegel (la IDEA o el ABSOLUTO es todo por que es nada). Proteccionista-integrista, aperturista, dialoguista, de izquierda, fascista y neoliberal (incluso colándose entre sus filas la oligarquía, sobre todo con Menem), todo y nada.
Lo que en su momento logro ser Kirchner fue un referente nacional, del pueblo y no de un partido; la construcción de su poder estuvo en lo mejor de la doctrina peronista de los 40, integrando grandes masas marginales al estado, democratizando espacios de diferente repercusión, al generar un marco que contenía, como hace mucho que no pasaba, a todo un pueblo.
Como Hobbes quien logro asociar pueblo-estado, aunque, este, disolvió al pueblo en el estado, Néstor había logrado que el pueblo se identifique con un proyecto nacional en el que la confianza difusa y especifica (en la instituciones sin hombre y en la persona misma) se logro por que el pueblo apoyo a una gestión, transversal, no ha un partido. Una gestión que asumió el compromiso de recuperar la identidad nacional.
Los sujetos integrados en el estado dejaron de verse a si mismos al frente de este para sentir que eran parte del mismo. La reconstrucción del sentimiento nacional, por un proyecto de país en una gestión que logro salir de la dialéctica de la confrontación del súbdito (utilizando esta figura como la dialéctica del amo y el esclavo, pero aquí el súbdito toma conciencia de su situación) fue la que logro pasar de una legitimación de, apenas, un veinte por ciento al ochenta de imagen positiva.
Es en esta lógica en la que encuentro a su vez la perdida de poder, en términos de legitimación política de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Por un lado los sectores mas reaccionarias del país –tanto políticos como económicos-, los que integran el llamado poder fáctico (o cuarto poder) hicieron, con apreciable habilidad, que ciertos símbolos, dotados de fuerza aglutinante positiva, fuesen vistos como sus banderas; por otro, el estado y el pueblo se disociaron, no era ya el estado el marco en el que se movían las satisfacciones de sus intereses y necesidad, si no que el estado fue reemplazado por la persona, y a esta se le adosaron los males del país, reales e imaginarios.
El campo con dios (mas de un cura les fue a dar misa), la bandera Argentina, peleando por un proyecto de país para todos (por que ellos eran los federales), hermanos de todos los trabajadores (hasta de sus hermanos gendarmes), en fin, el campo somos todos. Aunque racionalmente se diga que por la tecnologización actual no es significativo su peso social en la generación de empleo y vinculaciones; la soja era el campo, el campo el país, el campo somos todos.
Cristina, nótese que ya no se habla del Estado Argentino, era la que quería engordar su cuenta del banco, la culpable de la desocupación que queda en el país, de la inflación, de la corrupción histórica, autoritaria pero a merced de las ordenes de su marido (ahora devenido en presidente del PJ, lo que facilito la identificación en el imaginario popular con la “viejas formas de la política), despótica aunque sin DNU, hasta bipolar y ciclotímica; a NO y como se atreve a vestirse bien, quien se cree frente a tanto gaucho pobre.
Ahora es “Campo vs Gobierno”, elegi tu lado.
Esa creo que fue, en forma sucinta una de las razones -a mi entender la mas importante- de la caída de la legitimidad que había ostentado el kirchnerismo, mientras aun era movimiento, junto con una estrategia de comunicación impecable, que lograron aquellas identificaciones.
Juan Manuel Frangoulis
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